En cuanto a mí y a mi casa…
Josué, que era el sucesor de Moisés, había hecho un compromiso personal de servir al Señor toda su vida. Decide que no permitirá que los ídolos y los falsos dioses de las naciones paganas influyan en su casa. En su discurso de despedida, les recuerda a los Israelitas que se alejen de sus falsos ídolos y vuelvan a servir al Dios viviente.